El primer poema

Quizás fue el primer poema en la historia de la humanidad.  Cómo en todo poema que se precie hay amor, belleza, dudas, vergüenza, celos, muerte, esperanza… y todo lo que adorna la existencia humana.  Este poema fue escrito por un hombre bastante mayor para un pueblo que sólo conocía la esclavitud y daba sus primeros pasos hacia la libertad.

¿Por qué Moisés no se explayó un poco más y nos dio datos científicos sobre la creación? Necesitamos información sobre los métodos, estrategias, materiales, procesos… ¿no? Pues no.  Como maestra de idiomas sé que la rima en un gran aliado del aprendizaje.  Las reglas gramaticales se olvidan, pero la rima hace que algo nos suene bien o mal aunque no sepamos por qué.  Un poema era la herramienta perfecta para que este pueblo de ex esclavos recordara los orígenes de la humanidad.

Desde hace tiempo quería empezar a escribir series en lugar de posts aleatorios.  Pensé en escribir una serie sobre Jesús y las mujeres pero al final me decidí por ésta: Génesis 1-11. (La serie de las mujeres se queda en el tintero, tal vez la idea necesita madurar).  En estos 11 capítulos, que en realidad son un poema hay conceptos que me parecen clave para entender el resto de la Biblia. El primero es la bondad de Dios en contraste con la maldad humana.

El capítulo 1 deja muy claro (porque lo repite 7 veces) que todo lo que Dios creó era bueno. Absolutamente todo era bueno. Adán y Eva disfrutaron esa bondad durante algún tiempo, tenían trabajo, no tenían necesidades de ningún tipo, vivían sin estrés, sin enfermedades, sin peleas entre ellos, pero empezaron a dudar.  «¿Y si es cierto lo que dice la serpiente y Dios me está negando algo «bueno»?». Los seres humanos confundimos lo que es bueno con lo que en realidad deseamos. Me gustan las bebidas azucaradas, sé que no son buenas para mi salud, pero siempre encuentro «justificaciones» para beberlas. Si algo me gusta y me hace «feliz» ergo, es bueno. La bondad de Dios repercute en el bien común, no en la satisfacción egoísta de unos pocos. La bondad de Dios comparte, no acapara. La bondad de Dios genera vida, no la quita.

Capítulos 1 y 2 de Génesis, Dios derrocha bondad, lo comparte todo, lo da todo. Capítulo 3, Adán y Eva piensan: «¿En serio? yo creo que hay algo más que me estás negando y eso podría hacer mi vida realmente perfecta» «¿Y si lo que me estoy perdiendo es lo que me puede satisfacer y hacer realmente feliz?».  El creador contraataca con bondad inmerecida y promete que uno de los descendientes de Eva herirá a la serpiente y solucionará en problema del pecado. En los capítulos 6 al 10 la maldad de los seres humanos llega a límites intolerables por lo que Dios decide empezar de nuevo y en su bondad no destruye a toda la humanidad y promete no volver a castigar la tierra con otro diluvio.  En el capítulo 6 los hombre se vuelven a levantar en orgullo mirando hacia el cielo, porque tienen la tecnología que les permitirá alcanzar la gloria y ser inmortales: el ladrillo. La bondad de Dios lo lleva a esparcirlos por su propio bien. (¿ladrillos? ¿en serio? con eso no vamos a llegar muy lejos. Sondas espaciales. con eso sí que vamos a llegar lejos).  El capítulo 12 termina con Abram.  El plan de salvación está en marcha, eso sí que es bondad.

Leí hace poco una cita atribuida al cómico Jim Carey: «Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y obtener todo lo que soñaron, para que se den cuenta (de) que esa nunca será la respuesta».

«¿Qué otro Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su pueblo? Tú no guardas el enojo todo el tiempo, porque te deleitas en la misericordia.» Miqueas 7:18

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