Tanto alboroto por un simple tamal…

Una de las cosas que no sabes cuando emigras es que tendrás que enfrentarte a tus propios miedos y complejos. Una de las frases que más me he repetido a mí misma en éstos últimos 6 años es: «no sabía que podía hacer esto» o su variante «nunca pensé que fuera capaz de hacer lo otro».

Y es que cuando emigras y empiezas desde cero lo pierdes todo. Pierdes estatus y conexiones. Eres como un niño que tiene que aprender todo otra vez, cosas como que las botas de invierno deben tener suela gruesa, o que los abrigos mucho mejor si tienen capucha. Aprendes a vestirte, a comer, a comprar, a abrazar o a no abrazar, a hablar, a callar…y también pierdes lo que yo llamo «pertenencia». La pertenencia es ese tejido social que nos dice quienes somos, qué lugar ocupamos y a qué podemos aspirar. La gente no sabe qué esperar de ti, algunos esperan a un semi salvaje con taparrabos, otros, en el mejor de los casos, no esperan nada.

Desde mi punto de vista esto es perfecto. Es la oportunidad perfecta para convertirme en embajadora de los guatemaltecos/latinos que vendrán después. Quiero que el recuerdo que tengan de mí mis jefes, colegas y alumnos sea tan bueno, que si en el futuro conocen a otro guatemalteco le den una oportunidad como me la dieron a mí. Quiero que piensen «una vez conocí a una guatemalteca. Los guatemaltecos son buena gente, trabajadores, profesionales y bien preparados». Tengo la oportunidad de dejar una buena primera impresión, espero que hacerlo bien. (Eso es para mí ser una buena guatemalteca/latina, mi acento mezclado es sólo una anécdota, la prueba tangible de mi hoja de ruta).

¿Y los tamales? De alguna forma he recibido de mi cultura el input de que… las actividades domésticas no son lo mío, especialmente la cocina. Hacer cuchitos, rellenitos o mole es la prueba de que puedo hacer más de lo que mi gente cree que puedo hacer. Esto es algo que nunca hubiera hecho en Guatemala, para qué cocinar si lo puedo comprar, pero la filosofía alemana es totalmente opuesta, ¿por qué lo compras si lo puedes hacer tú misma? Y ahí está el detalle jóvenes, siempre he creído que no podía. Pero vivir en el extranjero me ha demostrado que no soy únicamente lo que mi cultura dice que soy. Si los nativos cara pálida pueden, yo también puedo, y sin pertenecer al 100 % a esta sociedad. ¿Mi superpoder? Soy emigrante.

A necessary explanation

Sometimes everything is so clear in my mind that I think it’s just as clear to everyone. I know what you’re thinking, …how can she be a teacher? It must be one of the many mysteries of life.

I continue to work as an «independent» teacher. Independent means I work in 4 language schools. I guess I’d rather starve to death than get 8 hours in an office. To defeat or to die, I suppose…(referenceto the Guatemalan national Anthem).

The only thing that has changed is that I accepted the position of «Head Trainer» (position I applied for informally a couple of years ago, and was informally turned down). It’s a temporary position, the conditions of the contract are the same, it’s an hourly contract, that is, I don’t have a guaranteed salary, but I accepted because I thought it was interesting. With more than 5,000 hours of class behind me, I think I’ve learned to do my job and maybe someone can benefit from that experience. I also accepted because mentoring will allow me to learn from my colleagues. And who knows if this door will lead to another.
A couple of years ago I was in a position to say when I wanted to work, but I lost that privilege last year and had to accept everything, sacrificing something very dear to me: Tuesday morning Bible studies. Today, thanks to those extra weekly hours reading cvs and student complaints, I have been able to return. How I missed being there!

I have always believed firmly in God’s sovereignty. I know this stage is preparation for something else. In the meantime, let’s dig in the book of James.

Una explicación necesaria

Algunas veces todo está tan claro en mi mente que pienso que es igual de claro para todos. Sé lo que estáis pensando, …¿cómo puede ser maestra? Debe ser uno de los muchos misterios de la vida.

Sigo trabajando como maestra «independiente». Independiente significa que trabajo en 4 escuelas de idiomas. Supongo que prefiero morir de hambre antes que meterme 8 horas en una oficina. A vencer o a morir, supongo…
Lo único que ha cambiado es que acepté el puesto de «Head Trainer» (puesto para el que apliqué informalmente hace un par de años, e informalmente me rechazaron). Es un puesto temporal, las condiciones del contrato son las mismas, es un contrato por horas, o sea, no tengo el sueldo asegurado, pero acepté porque me pareció interesante. Con más de 5 mil horas de clase a mis espaldas, creo que he aprendido a hacer mi trabajo y tal vez alguien pueda beneficiarse de esa experiencia. También acepté porque como mentora me permitirá aprender de otros colegas. Y quién sabe si esta puerta me lleve a otra.

Hace un par de años estaba en la posición de decir cuándo quería trabajar, pero perdí ese privilegio el año pasado y tuve que aceptar todo, sacrificando algo muy querido para mí: los estudios bíblicos de los martes por la mañana. Hoy, gracias a esas horas semanales extra leyendo cvs y quejas de alumnos, he podido regresar. ¡Cómo echaba de menos estar allí!

Siempre he creído firmemente en la soberanía de Dios. Sé que esta etapa es la preparación para algo más. Mientras tanto estudiemos Santiago. 20190115_090920.jpg