Crecí pensando que la lentitud era uno de mis mayores defectos, pero tal vez sea mi súper poder. Lenta para despertar, para comer, para ducharme, para estar preparada (para lo que sea) para procesar información nueva, para sentirme agusto con situaciones nuevas, para solucionar problemas, para conocer a otros y conocerme a mí misma, lenta para todo…
Pero cuando lo consigo, imparable como manada de elefantes.
Disfrutadlo.