¿Qué es esto, que él come y bebe con publicanos y con los pecadores?

¿Y si no me aceptan? ¿y si les caigo mal?… Estas eran algunas de las preguntas que me hacía antes de empezar a trabajar con mujeres obligadas a trabajar en la prostitución. Siempre me han dicho que soy seria, incluso creída… ¿y si mi carácter introvertido me descalifica para este tipo de trabajo? Pero Jesús comía con publicanos y pecadores, eso quiere decir que dos personas, aunque estén en polos opuestos espiritualmente, pueden compartir una comida, pero ¿cómo?

¿Quién es este hombre cuya santidad lejos de abrir más una herida, la cura? ¿quién es este hombre cuya perfección no ofende, sino que atrae? ¿quién es este hombre cuyos ojos no acusan, sino sonríen? Si él siendo Dios encarnado pudo, ¿podré yo?

En nuestra ronda de visitas de hoy no creo haber hecho nada especial, ni siquiera diferente, pero hoy por primera vez compartí una comida con una de mis chicas. Es el fin del Ramadán, y estas 3 familias búlgaras se estaban preparando para su gran celebración cuando llegamos con víveres y ropa que nos habían regalado. Comunicarnos más un acto intercambio de información, es un acto de fe y creatividad; 3 mujeres búlgaras y yo intentando hablar en alemán.   Pero con mucha imaginación y paciencia por ambas partes lo logramos. Sobre la mesa tenían unas bolitas de masa con carne dentro, pero ellas ya saben que me gusta el café con una cucharadita de azúcar y leche, así que mi café estaba listo. Mientras mi compañera llegaba, un poco a señas y otro poco en alemán, una de ellas me dio a entender que iba a freír uno de esos bollos para mí. Me sugirieron que lo comiera con sandía, pero como me parecía una combinación poco probable esperé a ver si alguien más lo hacía y sí, la combinación de sabores fue interesante (aunque no lo haría en casa). Cuando Steffi llegó me explicó que el fin del Ramadán es una fiesta tan importante como para nosotros la navidad. La conversación giró en torno a la familia, con su presentación de fotos en el teléfono. Creo que ellas hubieran compartido su comida con cualquiera de nosotras que hubiera ido a dejarles los víveres, pero por alguna razón me tocó a mí.  Tal vez porque soy latina, y la escasez no es algo que he visto sólo en la televisión, tal vez por eso, aprecio mucho que personas sin trabajo compartan con nosotras de lo que les llevamos. Aprecio la confianza de tenernos en su cocina y contarnos los recuerdos bonitos de su pasado y presentarnos, aunque sea por foto, a las personas importantes de su presente.  ¿Será esta una puerta abierta para el futuro?

Como buena latina me comí todo lo que ofrecieron, para que no digan que mi mamá no me educó bien 😉

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s