Digamos que hay dos tipos de presidentes/políticos: con los que me tomaría un café y con los que no. En realidad hay dos tipos de personas en el mundo, a los que invitaría a un café y todos los demás.
No se trata (para nada!) de afiliación política, marcadores socioculturales elevados, ni siquiera de si pensamos igual (porque ni yo estoy de acuerdo conmigo misma a veces). A mi edad sé que no hay justo, ni aún uno, no hay quien busque a Dios, no hay quien haga todo bien (Ro. 3) y no hay quien haga todo mal. La perfección no es de los humanos. Solo existen los ídolos con pies de barro.
Presidentes en mi haber:
Ríos Montt
Mejía Victores
Cerezo
Serrano Elías (lo vi una vez, mejor dicho a sus guardaespaldas)
Espina (lo vi en la iglesia varias veces)
de León Carpio (lo vi en un aeropuerto)
Arzú Irigoyen. – Aznar
Portillo – Aznar
Berger – Zapatero
Rajoy
Merkel
Guatemala: 7 presidentes en de 15 años (hasta Arzú)
España: 3 presidentes en 12 años
Alemania: 1 canciller en 9 años (ella lleva 16 en el cargo, yo llegué a sus dominios hace 9)
Definitivamente me tomaría un café con ella, le diría que se relaje porque lo hecho, hecho está. Intentaría no sugerir un par de reformas que tengo en mente, pero no puedo prometer manter la boca cerrada. Me interesa saber qué la mantuvo en el cargo cuando le dieron ganas de salir corriendo. Le preguntaría como se mentalizaba antes de una reunión con un oponente, ese maravilloso arte de hablarcon quienes piensan diferentes sin arrancarnos la piel a tiras (tal vez tiene alguna play list para antes y después). Qué la levantó cuando se dio cuenta que se equivocó. A ningún presidente he oído pedir disculpas en público, solo a ella.
Que sus últimas horas en el Bundestag sean dignas de ser recordadas.
Orad por Alemania, rogad por ella, especialmente los que vivimos en Europa, porque en su paz tendréis vosotros paz. (Jr. 19:7)