Año nuevo, problemas viejos.

«Estimados pasajeros, llevamos un retraso de 2 minutos, espero que no sea un problema… posiblemente encontremos algo de tráfico más adelante… Mis colegas yo trabajamos turnos de 21 horas, tenemos pausas pero en durante esas pausas debemos dormir, comer, asearnos, preparar, limpiar o reparar el autobús, así que espero que el atasco que nos espera no sea un problema. Saben, algunos de mis colegas tienen títulos universitarios, pero aquí estamos, conduciendo un autobús, no es un trabajo fácil y no cualquiera puede hacerlo… y cada día el drama de siempre, quejas… si se van a quejar por favor piensen en mis colegas y sus turnos de 21 horas.»

Por usar nombres ostentosos y muy del siglo XXI diría que estamos ante un caso de precariedad laboral y estrés financiero. La meritocracia se desmorona bajo nuestros pies, especialmente entre los más vulnerables. Pero donde abunda el desprecio por la dignidad de otros y la indiferencia de otros, abunda la gracia.

La necesidad que tienen los hombres de esperanza y paz con Dios es el gran ecualizador de la condición humana. Ya sea de los que tienen ideas como trasladar plantas de producción al sudeste asiático, como los que deben aplicar a trabajos por desesperación, todos necesitamos esperanza. Todos tenemos miedo, todos anhelamos libertad. Todos en algún momento nos sentimos espectadores impotentes asistiendo al teatro que es nuestra propia vida.

Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra así como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Porque en la abundancia de pan de mi prójimo está mi bienestar. La justicia hacia mi prójimo se transforma en paz para mí. La gracia de Dios reflejada en mis vecinos es mi felicidad. No hay plenitud en una sociedad desigual.

Feliz año nuevo, aunque lo que mi pesimismo estructural en realidad quiere decir es «Venga tu reino» porque hay mucho que no estamos haciendo bien.

Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por siempre.

Pero si tienes hambre, come, esto es el desierto, nadie lo sabrá.

Ayer «tropecé»con una serie de estudios sobre Israel en la época de Jesús, Following the Messiah (disponible en Rightnow Media). En el tercer capítulo, los presentadores viajan al desierto de Judea (oeste de En Gadi) después de ir a un par de lugares en el norte del río Jordán especulando sobre dónde Jesús pudo haber sido bautizado. (Sí, especulando, ya se sabe que la arqueología y en especial la bíblica no es una ciencia exacta)

El bautismo de Jesús fue una especie de puesta de largo. La Trinidad coincide en la tierra por un breve instante. ¿Quién necesita cartas de recomendación después de algo así? Eso es empezar tu carrera/ministerio con un ¡bang! Aunque la Trinidad pudo haber elegido un lugar con más glamour… sería parte del propósito. Después de semejante validación divina yo hubiera ido directamente a Jerusalén, hubiera entrado en la casa del sumo sacerdote y le hubiera dicho: «querido, te acabas de perder la epifanía de tu vida, pero como nunca estás donde debes estar… solo vine a decirte que quedas relegado de tu puesto con suspensión de salario hasta nueva orden. ¡¡Tschüssy/bye/sayonara!!». Pero el Mesías estaba enfocado al 100 % en su papel de Cordero en lugar de afirmar su posición en la sociedad. Sería parte del propósito.

El desierto. La mayoría de occidentales imaginan el desierto como el Sáhara, un interminable mar de dunas. Pero el desierto de Judea es más como Andalucía, en realidad tengo en mente Almería. Montañas, rocas y polvo, tal vez cabras y algún matorral que no llega ni a las rodillas. «Convierte estas piedras es pan» dijo Satanás. Con la glucosa baja, deshidratado, muerto de frío por las noches, calcinado durante el día y sin nadie con quien hablar, la idea de comer era más que apetecible. Pero lo que Satanás en realidad sugiere es: 1. Sufres porque quieres, porque tienes el poder para no estar en esta situación. 2. Es sólo pan. ¿Qué hay de malo en comer pan? No es nada inmundo, solo es pan. 3. Comer no es un acto inmoral, es una necesidad básica. No es como ir de vacaciones, si no te vas de vacaciones no pasa nada, pero si no comes… además los humanos no necesitan a un Mesías muerto. 4. Estás en el desierto, nadie te está viendo. Nadie lo sabrá. La necesidad física de Jesús en ese momento es obvia, y Satanás decide empezar por allí, porque ya se sabe, la carne es débil. ¡ah! ¡Pero eso sí! Lo que se hubiera deleitado el acusador en recordarle al Padre el que Cordero que pretendía sacrificar no era perfecto y que su sacrificio sería inútil.

Satanás tienta desde su egoísmo, desde su desde de destrozar el plan de salvación. Lo que él quiere es ganar. Jesús antepone sus necesidades incluso las físicas, porque tiene un propósito claro: presentarse como el Cordero sin mancha para salvar a tantos como sea posible, aunque eso implique pasar un poco de hambre. El ya ganó de acuerdo a su propósito

Nadie tiene por qué saberlo, es para suplir una necesidad básica. El mundo sólo ve lo que se ve a través de mi webcam, total, no hago daño a nadie… «y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.»

Los cuervos

Estimado Creador de todo lo que existe:

Queremos agradecerle haber pensado en nosotros para alimentar a su profeta, Elías me parece que se llama. Para nosotros en un honor tener en nuestro territorio a tan notorio siervo, pero como comprenderá, tenemos limitaciones que nos impiden velar por su bienestar, tal y como usted nos lo pide. Sabemos que él tiene algo que ver con esta gran sequía que tantas complicaciones nos trae. Aún así, consideramos cuidadosamente su petición.

En primer lugar la sequía de la región hace más complicada la labor de supervivencia en este medio, ya de por sí hostil. No sabríamos dónde encontrar lo que su humano necesita, en las cantidades que él necesita. Sabe usted que nosotros estamos acostumbrados a la rapiña, pero las cantidades que necesitamos son mucho menores de lo que usted nos pide ahora. El riesgo que corremos es muy grande, algunos de nosotros podríamos perder la vida. Algunos humanos ven en nuestras negras plumas malos presagios y nos tiran piedras. Aunque encontráramos, de forma sobrenatural y sin poner en riesgo nuestro bienestar, lo que él necesita, no tenemos manos para transportar la cantidad de alimento que un macho adulto de su especie necesita para sobrevivir. Algunos reportan que se encuentra de ánimo decaído, afligido, atormentado. Sabe usted que nosotros no hablamos su idioma, por lo que tampoco estamos en condición de brindar apoyo emocional. Tampoco se nos dio una voz dulce y primorosa. Nuestros graznidos están lejos de reflejar la belleza del Creador. Lo último que queremos es irritar a su profeta con nuestra primitiva forma de comunicación. Debido a nuestras muchas limitaciones lamentamos declinar su petición de ayuda.

Con el profundo deseo de que encuentre mejores instrumentos a su servicio,

Asociación de cuervos (proto) cristianos del arroyo de Querit.

Para leer la historia real

https://www.biblegateway.com/passage/?search=1%20Reyes%2017&version=RVR1960