Las conclusiones de los jueves: el filtro.

Uno de los efectos colaterales de «facilitar» un grupo de estudio bíblico compuesto por entes pensantes diametralmente opuestos a mi círculo natural, es que tienes que replantearte algunas cosas. ¿Y si no todos comparten mi línea de interpretación? O lo que es «peor» ¿y si ellos tienen argumentos válidos que apoyen otro punto de vista? Por ejemplo hablando sobre los dones espirituales, las palabras de sabiduría (1 Corintios 12). ¿son un don permanente o puede ser intermitente o incluso temporal? Si es algo permanente, ¿una persona hablará siempre con sabiduría independientemente de su estado físico, emocional y espiritual?

A todo esto se suma el «problema» del amor (1 Corintios 13). Esas palabras de sabiduría ¿han pasado el filtro de paciencia, amabilidad, libre de envidia, jactancia y orgullo; busca la honra de la otra persona, no son palabras egoístas, ni nacen de un enojo o de una lista de resentimiento, son palabras que se complacen en el bienestar y la verdad, buscan proteger al otro, están llenas de esperanza y perseverancia?

Cap. 12 es el Espíritu Santo quien equipa a las personas para edificar la iglesia. Un solo Espíritu que capacita a muchas personas para muchas tareas diferentes pero extremadamente importantes. Conclusión: nos necesitamos unos a otros.
Cap. 13. Los dones son geniales PERO lo que los creyentes deben dominar es el amor. Sin amor los dones son excusas para aparentar.

El amor es paciente, el amor es amable. No tiene envidia, no se jacta, no es orgulloso. No deshonra a los demás, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda registro de los agravios. El amor no se complace en el mal, sino que se alegra con la verdad. Siempre protege, siempre confía, siempre espera, siempre persevera.
El amor nunca falla.

Nuestra verdadera motivación para hacer lo que hacemos marca la diferencia en el resultado: bendecir, edificar a otros o hacer un ruido desagradable (v.1)
Conclusión: solo el amor logra resultados óptimos.