Veo documentales para relajarme, pero a menudo termino con más curiosidad y empiezo a conectar eso que acabo de aprender con lo que ya sé. Y no me siento relajada, pero sí feliz. Empecé viendo la serie de videos cortos de Apian Media (Out of Egypt) y terminé con «Amenhotep III, Was This Man Egypt’s Greatest Pharaoh?»
En Karnak, el centro del poder religioso del Antiguo Egipto durante casi 2000 años, se celebraban rituales diarios donde se preparaba a los dioses para comenzar su día: perfumes, comida y danzas su disfrute. Dioses con gustos tan sencillos que siempre y cuando se sintieran satisfechos consigo mismos, con lo que comían y lo que veían, destaban su poder sobrenatural para garantizar el bienestar material de sus protegidos. Amon, disfrutando del privilegio de tener al sumo sacerdote despertándolo, perfumándolo y maquillándolo. Incienso para alejar a los malos espíritus. Perfección a su servicio para que la vida siguiera su curso.
Nos gustan los dioses predecibles. Nos gusta saber que tenemos que hacer para que nos vaya bien. Crear cierto tipo de contenido para mantener la atención y admiración de cierto grupo. Hacer cierto tipo de sacrificios para obtener un bien. Y cuando sacrificamos y no recibimos, nos enojamos porque la transacción no salió bien. Cuando el beneficio es escaso o es diferente al que esperábamos entramos en una crisis de escepticismo. ¿Vale la pena seguir vistiendo y alimentando a este dios? Cuando el ascenso esperado se pasa de nosotros, cuando miramos a los ojos a la precariedad laboral nos montamos en cólera. Cuando nos dedicamos a convertirnos en una pareja virtuosa, y lo años pasan, y estamos seguimos solos, caemos en la desesperación.
En el fondo no hemos cambiado tanto. Nos gustan los dioses predecibles, de gustos simples. Dioses humanos con poder de otorgar la felicidad, con el problema añadido que la definición de felicidad es un asunto casi subjetivo. No nos gustan los dioses que hacen lo que quieren en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra. ¿Y si hace lo que yo no quiero que haga? ¿y si pide lo que no quiero ofrecer?